“Periodismo
valiente
El premio Pulitzer a las
exclusivas del ‘caso Snowden’ reivindica el papel de control de la prensa… una
muy oportuna y saludable reivindicación del buen periodismo.
En
esta sociedad en que los más enconados conflictos se dirimen a menudo en la parte oculta del
entramado político y económico y el poder sucumbe con frecuencia a la
tentación de traspasar toda clase de líneas rojas para lograr sus objetivos
…
es muy importante que la prensa ejerza con decisión su función de control”
El País
La (Re) Evolución que
nos urge
Una Sociedad Educada y, Formada para
el Siglo XXI
Emprendedora y,
Comprometida
“…Quería
ser escritor, tengo la voluntad y la aptitud…”
RIP.
Gabriel García Márquez
La soledad de América Latina
El País
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Semana Santa
La Semana Santa, con sus ceremonias, procesiones, escenificaciones,
simbolismos, discursos, es un tiempo en el que muy probablemente, seamos o no creyentes:
Nos planteamos preguntas
Sobre el sentido y valor de la religión en la
vida personal y social
Particularmente, sobre el sentido y valor de la religión y fe cristiana
En estos días se robustecen nuestras convicciones o se ahondan nuestras
dudas e indiferencia.
Sobre todo, nos preguntamos qué significa salvación, la salvación del
hombre y, más a fondo, nos preguntamos si el hombre deba ser salvado (¿de qué,
por qué?),
Si la salvación del hombre sea un acto posible, bajo cuáles condiciones,
y si la condición crucial sea la fe en un Salvador.
Este es el centro de la Semana Santa.
Las preguntas no son triviales y menos de sacristía.
Sin
desconocer nuestras profundas raíces griegas, latinas y judías y los potentes desarrollos de la ilustración
filosófica moderna y de la ciencia lo que Occidente es hoy:
Es en gran medida resultado de la historia social
de la fe cristiana, la católica y la reformada,
Con sus momentos de esplendor y de sombra, de espiritualidad y
mundanidad, de presentarse como la verdad de la persona y de la sociedad humana
y de ser también el blanco de cuestionamientos y escepticismos sobre la validez
de su gran designio.
Las preguntas son centrales
Porque no podemos dejar de preguntarnos
-
Si ciencia, tecnología,
política, economía sean las únicas respuestas para todos los problemas
que suscita la existencia humana y
-
Si no hayan cuestiones,
dudas, incógnitas, que no pierden su importancia y validez solo por el hecho de
que no son resueltas o no en modo satisfactorio por el saber dominante.
El
Estado moderno se
afirmó en Occidente en tensión con la religión cristiana, católica, en tres
planos:
-
En el plano del poder
-
De la norma, y
-
Del conocimiento
En México y en muchos otros países, la confrontación ocurrió
principalmente en el terreno del poder.
-
Se redujo a un pulso de fuerza entre el poder del Estado en formación y el
poder establecido de la Iglesia.
-
Solo a condición de derrotar el poder social de la Iglesia Católica, el
Estado soberano nacional podía existir.
No había lugar para dos soberanías.
Hemos sido
educados en esta perspectiva: Que reduce la fe
religiosa a clerecía
-
A la propiedad,
influencia y poder de la Iglesia católica en la sociedad, que impide la
existencia o
-
La efectividad del poder
social del Estado laico.
Es lógico
que entonces nuestra crítica se haya
centrado en la Iglesia como agencia de poder, en el poder del clero.
Pero
que no hayamos elaborado una crítica robusta
-
Sobre el contenido
cognoscitivo y normativo de la religión
-
Sobre la significación
que su mensaje tiene para el orden y la integración social.
El debate
se desplegó también en el terreno de las normas de la vida social
Pero
el forcejeo por el poder llevó a sobredimensionar
la superioridad de la norma jurídica del Estado por encima de las normas
éticas de convivencia que la fe religiosa transmitía, argumentaba,
Y en la que eran
socializados la mayor parte de los mexicanos, descalificándolas y
despreciándolas.
Aun hoy el orden social descansa
En las normas morales y en las convenciones de respeto y urbanidad que
hemos aprendido en nuestras familias, parroquias y comunidades
Y no única ni
principalmente en la norma jurídica.
En la vida social cotidiana seguimos más:
1. Las reglas éticas de la religión y del
humanismo ilustrado, aprendidas en familias, parroquias y escuelas, que
2. Las leyes jurídicas, aunque éstas muestran su
decisiva importancia cuando la violencia, el asesinato, el fraude, la mentira,
la discriminación nos agrede y nos causa males y sufrimientos.
El peor mundo:
Es aquel en el que las normas éticas de vida y
normas jurídicas del Estado
No son apreciadas ni son efectivas.
Esta posibilidad comienza a ser hoy realidad por causa de las fallas
de socialización de las familias, iglesias, escuelas y por las fallas del
sistema de justicia y policía del Estado.
Por último, el debate tuvo lugar también en el terreno
del conocimiento.
Indudablemente la razón argumentativa y la razón científico-tecnológica
han redimensionado el ámbito de validez de la verdad religiosa,
Sin embargo,
Hay un
núcleo de problemas de naturaleza existencial y moral
A. Que nos importan personal y colectivamente, y
B. Que rebasan las respuestas de un conocimiento
de exclusiva validez empírica.
A estas preguntas, hondas, punzantes, quiere dar
respuesta
La reflexión y fe religiosa
*Luis
F Aguilar
Doctor en filosofía con especialidad en filosofía
política. Investigador Nacional Emérito
y miembro del Comité de Expertos de la ONU en
Administración Pública.
Actualmente es Director del Instituto de Política
Pública y Gobierno de la Universidad de Guadalajara.
Entre su producción sobre teoría política y
administrativa destacan sus libros sobre
Política Pública, Gobernanza y Gestión Pública.
Y… ¿Ud. qué Opina?
Participa Positivamente….
Tú Decides Lo Que Sigue… Para México
Be Glocal
Piensa global, actúa local
Y dice una voz popular...
¿Quién me presta una
escalera para subir al madero,
para quitarle los
clavos a Jesús el Nazareno?
¡Oh, la saeta, el
cantar al Cristo de los gitanos,
siempre con sangre en
las manos, siempre por desenclavar!
¡Cantar del pueblo
andaluz que todas las primaveras
anda pidiendo
escaleras para subir a la Cruz!
¡Cantar de la tierra
mía, que echa flores al Jesús de la agonía,
y es la fe de mis
mayores!
¡Oh, no
eres tú mi cantar!
¡No puedo cantar, ni
quiero, a ese Jesús del madero,
sino al que anduvo en
el mar!
La Saeta: "Un himno" de Antonio Machado
Rocío Jurado - La Saeta al Cristo de Los Gitanos.
Esta Opinión contiene notas publicadas en los principales
medios nacionales e internacionales, de las cuales son responsables únicamente
los autores
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