OPINIÓN. colabaración radial del pasado 10 de octubre 2010
Estimado radioescucha, pasado el proceso electoral y de cara al inicio de funciones del nuevo congreso del estado, 40 diputados, que iniciaran su gestión el próximo 1º de diciembre.
Así como el relevo del ejecutivo estatal, y 18 alcaldes en nuestro estado, tienen retos y oportunidades históricas, esplendidas, como Ud. sabe y sobre todo esperamos.
La efervescencia ciudadana, manifiesta en los medios y en las mesas de discusión, es saber quiénes –que equipo-acompañaran a estos 19 nuevos ejecutivos, en su quehacer de co-gobernar durante los próximos años. Así como conocer con qué proyectos y leyes, y sobre todo que visión tendrá el nuevo congreso. Ambos casos, nos permitirán saber a ciencia cierta, cómo gestionaran su mandato, para hacer realidad la máxima, de una democracia, efectiva.
El sufragio efectivo, ya cumplió su cometido, y es históricamente relevante por él, cómo se dio.
De ahí que resulta fundamental que la construcción de la legitimidad y la confianza depositada, en cada nuevo servidor público, electo por la ciudadanía, tanto el Gobernador, y los alcaldes, como, los legisladores, para que se conviertan en procuradores fundamentales en el inicio de un estadio sostenible de desarrollo, y bienestar para las familias, empresas y ciudadanos en general.
- Deben generar acciones positivas de gobierno, sobre todo al nombrar a sus colaboradores y sus acciones primeras.
Y una acción fundamental, que ha sido el talón de Aquiles de nuestra democracia, es la Transparencia, y Rendición de cuentas, por falta de la Participación ciudadana, como en los nombramientos de titulares de áreas de gobierno y órganos autónomos.
Cada vez con más frecuencia, los nombramientos para cargos públicos suelen ser observados de cerca por toda la sociedad.
Cuando no son bien recibidos, se cuestiona la aptitud técnica y ética. Las inclinaciones políticas y los conflictos de interés potenciales –particularmente, los de índole política-- de aquellos que resultan designados.
Pero, cuando se trata de órganos garantes, revisores, reguladores y afines –en su mayoría autónomos o con autonomía limitada–, el proceso mediante el cual son nombrados, sus integrantes, se convierte en un asunto medular que puede repercutir en la legitimidad y, consecuentemente, en la manera en que estas instituciones se relacionan con la sociedad y llevan a cabo sus funciones.
En la experiencia, en tiempos recientes, abundan casos en los que los nombramientos han causado desconfianza, no sólo por el perfil de quienes resultan designados/as, si no, porque ocurren mediante procesos cerrados, y, opacos en los que las decisiones se toman sin ofrecer explicaciones a la ciudadanía, y con grandes dosis de falta de rendición de cuentas.
Los casos son varios. Para no citar los locales, que Ud. conoce, y cito a nivel nacional:
La notoriedad de casos como los procedimientos mediante los cuales fueron nombrados el presidente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos en 2004, los comisionados de la Comisión Federal de Telecomunicaciones en 2006, o los consejeros electorales y el presidente del consejo general del Instituto Federal Electoral en febrero de 2008, TODOS apuntan a fallas en el diseño de cada uno de estos procedimientos, que debieran ser corregidas en varios frentes, como son la definición clara o detallada de la norma y el subsecuente apego a la misma.
Sin embargo, también encontramos algunos destellos de genuina apertura, en los que en algún momento del procedimiento se han introducido esquemas de transparencia e inclusión.
La EXPERIENCIA ofrece dos tipos de razonamiento detrás de la creación de órganos autónomos:
· La primera tiene que ver con criterios de eficiencia y efectividad del gobierno, y
· La segunda con la búsqueda por aislar ciertas funciones estatales de las intervenciones del Ejecutivo y las presiones políticas, para hacer sustentable la gestión de gobierno, -al trascender los tiempos admvos/políticos. Continuidad, pues.
No es casual que las sociedades, con participación ciudadana, efectiva, se generan instituciones fuertes, e independientes, que basadas en una estricta rendición de cuentas, progresan y se desarrollan sólidamente.
· Las crisis, las superan con agilidad y, la senda del crecimiento sostenido, es permanente.
Construyamos el eslabón perdido de nuestra democracia: Que es la transparencia y rendición de cuentas, con instituciones fuertes y ciudadanas.
¿UD QUE OPINA?
Fuente. Asociación Fundar
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